Le quitaron
la venda y perdió el equilibrio su
balanza. Últimamente se la ve en ropa interior luciendo curvas de corrupción.
Que no os
engañen con aquel tópico de que es ciega, aquella venda era traslúcida
-siempre supo
dónde mirar-.
El tiempo
repite e insiste la única canción que la obligan a entonar. Ya lo advirtieron
otros, no traigo nada nuevo yo; León Felipe en un día de atrevimiento exclamó:
“ En un mundo injusto el que clama por la justicia es tomado por
loco”
y los locos
nos contamos a cientos, a miles, exaltados y encajando que nada es como habría de ser. Quizás nuestra demanda se tendría que cambiar haciendo uso de
nuestra locura colectiva exigir que a su nombre: “justicia” le impongan
apellido.
Aunque la
duda les mordiera sus conciencias por no saber si apellidarla: corrupción o tal
vez decepción.
Si es que,
nada es nuevo, Doña justicia, actúa bajo
presión.
2 comentarios:
No, Maribel, nada es nuevo; más de lo mismo. Los mismos perros con distintos collares.
Yo también sospechaba que la justicia era una tramposa. De ciega, nada.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
No hay justicia. es complicado equilibrar la balanza en un mundo de lobos y carroñeros.
estoy bien. Un beso
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