Cuando el silencio es rutina
todo se entiende, todo se acaba.
Se rompen mil razones
infatigables compañeras hacia el olvido.
Cuando la boca amanece amordazada
y decide nunca más suicidar palabras,
la hiedra esconde los vestigios
de aquello que fue camino.
En soledad, las horas multiplican sus minutos,
miles de sombras ocupan las esquinas del recuerdo
como fantasmas acuden, a invadir todo aliento.
Un cristal enmohecido, crece sin reflejo de luz
crece sin el paisaje capaz de retener nada más
que un crudo invierno.
En los puños cerrados duermen, aquellos tiempos.
2 comentarios:
"En soledad, las horas multiplican sus minutos,
miles de sombras ocupan las esquinas del recuerdo
como fantasmas acuden, a invadir todo aliento."
ESTA ESTROFA DICE TODO EL MENSAJE DE ESTE POEMA TRISTE, MARIBEL.
UN ABRAZO DE MOS DESDE LA ORILLA DE LAS PALABRAS.
Los recuerdos hay que guardarlos bajo llave, o vienen y arrasan, dejan el alma asolada y sangran los ojos... pero también hay que dejarlos salir y crear esta belleza, estas palabras que aunque amordazadas han sabido liberarse.
un beso
Publicar un comentario